"Para un adolescente, la privación de la libertad nunca deja marcas positivas"
"Para un adolescente,
la privación de la libertad nunca deja marcas positivas. Cuanto menos daño
genere la intervención estatal, más positivamente puede ser valorada".
Augusto Montero es abogado, docente de sociología y criminología de la
Universidad Nacional del Litoral (UNL) y participa de una investigación sobre
niñez, exclusión social y delito. Desde esa experiencia, evaluó como un dato
provechoso la baja en la tasa de encarcelamiento, aunque indicó que aún falta
mucho por hacer y que "hay una gran difusión de la violencia policial
contra los pibes".
— ¿Cómo analiza la
baja en las estadísticas sobre jóvenes en prisión?
—Puede no estar vinculada
con un descenso en las prácticas delictivas de jóvenes. Puede explicarse por un
sistema de reacción frente al delito: refleja una serie de políticas
institucionales a partir de la sanción de la ley 26.061 de protección a la infancia
y la ley que la reglamentó en la provincia. Esto generó un nuevo sistema de
referencia para la toma de decisiones políticas que está teniendo impacto. A
partir de entrevistas en profundidad que hicimos a miembros del Poder Judicial,
a pibes privados de la libertad y empleados de la Dirección de Justicia Penal
Juvenil podemos concluir que no son decisiones que se instalen sin conflicto.
Hay resistencias para cambiar un sistema que estaba muy arraigado. La tasa de
encarcelamiento juvenil siempre es el resultado de estas tensiones.
—¿Qué datos
surgieron de esas entrevistas?
—Una cosa que apareció en
las entrevistas a los pibes en Santa Fe, que se replica en Rosario, es que hay
una difusión extraordinaria de prácticas policiales violentas. Nos hemos
encontrado con casos de tortura, de submarino seco. Es un segmento del sistema
sobre el que habría que tomar una medida urgente. Hay varias voces, dentro de
la institución policial, donde está instalada la idea de que hay liviandad con
los menores y esto genera reacciones.
—¿Hay rasgos
comunes en los chicos?
—Si uno piensa en qué año
nacieron, en 1994 o 1995, son los hijos del quiebre de las estructuras
sociales. En la mayoría de los casos han abandonado la escuela, hay ciertos
circuitos de violencia en los territorios en los que viven que serían
impensables sin la participación de adultos. Una voz que aparece mucho que es
la idea de bronca, la banda rival. No pondría como base de los problemas a la
droga.
—¿Por qué es
positivo que baje el encarcelamiento?
—La privación de la
libertad produce daños individuales, en las relaciones sociales, genera
estigmatización. Si bien se han llevado adelante a partir de 2007 medidas muy
importantes en los espacios de privación de la libertad de la provincia,
todavía falta mucho. Hay que fortalecer los derechos y satisfacer las
necesidades de los chicos y a eso la privación de la libertad nunca lo
consigue. Un pibe que comete un delito violento es como si reclamara una
intervención que antes no se hizo.
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